divendres, 12 de febrer del 2010

¡ZAS! ¡En toda la boca!

De vez en cuando es bueno pararse y reflexionar sobre lo ocurrido en los últimos meses, para después, intentar prever como será el futuro más inmediato.

A principios de 2009 nuestro Presidente nos obsequió con un grandilocuente discurso prometiendo más contrataciones y un crecimiento continuo del negocio. Todos nos alegramos porque, si Indra crece, nuestro sueldo sube, como todos los años, ya que esta empresa sabe que su capital humano es lo más importante que posee y lo cuida como a una delicada flor (esto es ironía, por si acaso no se entiende)

Para cumplir su promesa nos regalaron, meses después, una Congelación Salarial General (comúnmente conocida como PSI 0.0), nos rebajaron a la mayoría nuestras “notas” en las evaluaciones (para recalcar que el año 2008 trabajamos tan mal que no nos merecíamos cobrar lo que cobrábamos) e incluso los equipos de Gestión (gestores, gerentes) se quedaron sin su EQG. No se salvó ni el apuntador.

Para mantenernos calladitos comenzó a circular el rumor bien fundado (en palabras llanas: muchos jefes usaban esa excusa para que sus equipos de trabajo no se revolucionasen), mientras nos entregaban nuestras cartas de NO subida, de que esa congelación salarial se hacía para evitar despidos.

Efectivamente, los despidos continuaron e incluso aumentaron ligeramente, unidos a las no renovaciones de contratos temporales.

Fueron entregadas a la empresa alrededor de 3500 firmas pidiendo simplemente que se mantuviese la capacidad adquisitiva. No pedíamos un 30% de aumento de sueldo, sólo el IPC, para no tener que colarnos en el metro y poder comprar de vez en cuando un par de zapatos nuevos (sin tener que renunciar a una comida). Los trabajadores fuimos ignorados convenientemente.

Se dieron casos de persecución sindical (traslados de delegados ELECTOS de centros de trabajo y nombramientos a dedo), que podrían no parecer importantes pero propician que ciertos sindicatos amarillos posicionen a gente afín a sus causas (que son las de la empresa) y firmen sentencias de muerte para nuestros derechos laborales.

En abril, por fin, salía publicado en el BOE el flamante XVI Convenio de Consultoría, firmado por CC.OO. y la patronal del sector. Ya sabéis, jornada de 1800 horas, no existe la categoría de consultor, tablas salariales por debajo de los 1000 euros,… en fin, para que contar (más información, pinchar aquí)

Y en verano, justo antes de las vacaciones la empresa nos hizo otro regalo sorpresa: cambiaba de convenio a buena parte de la plantilla. ¡Todo el mundo a consultoría! Categorías y salarios se vieron modificados, mucha gente afectada y la empresa habilitó un sistema informático de respuesta automática para marearnos en el momento de reclamar.

Por suerte algunas secciones sindicales y comités decidimos denunciar este cambio unilateral y la Inspección de Trabajo nos dio la razón: la empresa ha de negociar con nosotros (los trabajadores y sus representantes electos), no con la cúpula de los sindicatos. Es decir, que o se sentaba con nosotros o le iba a caer una multa de órdago.

Y aquí comenzó la pantomima de la “Armonización”, que muchos ya conocéis: la empresa ofreció que trabajásemos gratis muchas más horas, la mayor parte de comités y secciones sindicales dijimos que las horas las iba a hacer Rita la cantaora, excepto los amarillos de CCOO-COMFIA que por fin mostraron su auténtica cara (traicionera) al no poder negociar en secreto como venían haciendo desde hace años.

Mientras tanto se firmó un intento chusquero de Plan de Igualdad. Todos los sindicatos (CCOO-COMFIA e Industria, UGT y USO) excepto CGT firmaron. Les importó bien poco que valiese bastante menos que la propia ley de igualdad, que estuviésemos en medio de la negociación de una “armonización” y que hubiese representantes críticos con esas actuaciones que habían sido represaliados por la empresa y eliminados de la mesa de negociación con el beneplácito de sus sindicatos. Había que estampar la firma como fuese. Es probable que el cambio final sea: una firma, un euro (más información, pinchar aquí)

CCOO-Industria, concretamente desde Barcelona, denunció ante la audiencia nacional el cambio de convenio para los compañeros sujetos al convenio del Metal. Algo que no sentó muy bien a CCOO-COMFIA. Son guerras internas dentro de los sindicatos, pero podría haber suerte y dificultarle esa “armonización para ir a peor” a la empresa.

Pero, no, finalmente CCOO-Industria, el nuevo salvador de los trabajadores, accedió a firmar una vez más, a salvarle el culo a la empresa y todo quedó en agua de borrajas (ver aquí)

Y ahora, ya empezado el 2010, echando un poco la vista atrás, vemos que el año pasado hemos ido recibiendo bofetadas una tras otra.

¿Cómo será 2010? El inicio ha sido espectacular: nuestro presidente diciendo que será un año duro pero que seguiremos creciendo (¿?) y, para no perder la costumbre, unos cuantos despidos más para ir perdiendo lastre.

Dentro de poco vendrá la PSI, que ya os podéis imaginar como será. Volverán la empresa y sus amiguitos con una nueva “negociación” de armonización. CC.OO. y UGT deben ya estar trasteando con la patronal el nuevo convenio de consultoría,…
Y en el centro 22@ de Barcelona, hacia mayo, seguramente, habrá elecciones sindicales. Esperemos que, esta vez, la plantilla participe activamente, haciendo propuestas, colaborando en las listas de candidatos, debatiendo qué modelo sindical queremos para nuestra delegación.

Nosotros, como sindicato, podemos denunciar, esperar a que alguien nos salve o que le pongan la multa de turno a la empresa para que se lo piense dos veces antes de seguir machacándonos. Pero la ley es lenta e insuficiente, porque todos los días se producen hechos incluso peores (horas extras sin pagar, cambios de jornada sin avisar, cancelaciones de vacaciones, incumplimientos de la ley por parte de los equipos de gestión, por ejemplo, al impedir tomar permisos por enfermedad…)

Lo que nos preguntamos en la CGT es si la plantilla estará dispuesta a movilizarse para que dejen de atropellarla o pondrá su mejilla una y otra vez hasta que le hagan saltar los dientes.No tenemos la solución, si no ya estaría todo resuelto, pero quizás todos juntos podamos lograr un poco de dignidad en el trabajo.