<< (…) Vosotros continuareis produciendo toda la riqueza social, más os quitarán los mayores beneficios y derechos de ciudadanía, continuaréis duramente en la extrema miseria y siempre en estado de penuria, siempre temiendo por la suerte que os tocará mañana (…)
Mañana continuaréis como ahora en la languidez de la miseria y de la ignorancia y temiendo por el porvenir de vuestros hijos (…) Vuestra soberanía de ahora no es duradera, por ser la soberanía de la burla; soberanía del esclavo que, para más escarnecerlo, ponen en su cabeza una corona de papel y en sus manos un cetro de caña (…)
Sois los que producís lo necesario a la vida (…)
Solamente vosotros sois los que podéis liberaros; la unión y decisión de los trabajadores dará a todos la libertad (…)
Si os unís y lo deseáis, tomareis posesión de la tierra, de la casa, de los instrumentos de producción y de trasporte, de todos cuantos productos hay acumulados del trabajo pasado, y formareis una sociedad nueva de libertad, de igualdad, sin explotadores ni explotados, sin oprimidos ni opresores (…)
Basta para esto un simple acto de voluntad (…)
Pero esta propaganda, por esta obra de sublevamiento, de resurrección de la conciencia y de la voluntad que sea, sobre todo, sin temor a vuestros opresores (…)
Con el voto os inducen a renunciar a vuestra obra, y vosotros, adormecidos con la esperanza, creéis que vuestro bien, la realización de vuestras aspiraciones, podrá veniros de la palabra de vuestro representante, sin esfuerzos, sin sacrificios, sin riesgo de vuestra parte (…)
Y vuestros representantes, cuando no siendo, como sucede de ordinario, vuestros explotadores que obtienen el voto por medio de corrupción, de la intimidación y de mil medios que tienen a disposición, los que dominan con la fuerza del dinero y con el apoyo del gobierno (…)
Una larga y dolorosa experiencia, no sólo en España, sino en el resto de Europa y América, ha demostrado que el sistema parlamentario y el sufragio universal sólo sirven para los intereses de la clase dominante, para apagar el espíritu de resistencia del pueblo, para obstaculizar, mediante el voto de la mayoría brutal, dominante del poder, del propietario y del esbirro, todo progreso (…)
¿Queréis, trabajadores españoles, continuar por este camino y esperar sufridamente, de elección en elección, el imposible milagro de que un Parlamento haga por vosotros aquello que vosotros no sabéis o no queréis hacer por vosotros mismos? (…)
Si llegáis a comprender lo perjudicial que es para vosotros el voto; si acertáis a comprender que vuestro bien debéis conquistarlo vosotros mismos luchando directamente contra el patrono y contra el gobernante, ahora NO VOTEIS, pero pensad en propagar la idea de la redención y prepararos para hacer una revolución fecunda que termine con todas la injusticias (…)
Pero si vosotros preferís estar inermes en vanas promesas, si ahora que estáis a tiempo de enteraros de que vais a ser engañados, depositáis en la urna vuestro sufragio, votad, pues, más cuando venga el día de las desilusiones –que no tardará-, cuando os falte el pan en casa y libertad en la calle; cuando veáis que os han engañado y que aquellos que tanto os aprecian en día de elecciones son vuestro mayores tiranos y que ya no podéis protestar porque seréis una masa de durmientes, entonces os recordareis de lo que os decían LOS ANARQUISTAS>>
Párrafos del editorial del número 203 de periódico anarquista Tierra y Libertad, de 4 de marzo de 1914, sacados del libro “El anarquismo organizado en los orígenes de la CNT”, de Joan Zambrana. Noventa y cinco años después la problemática se repite. En medio de una crisis económica y social que sólo en España ha arrojado ya a más de 4 millones de trabajadores al paro y el infortunio, ellos, “los líderes europeos”, convocan otra vez a las urnas para refrendar su política de saqueo de fondos públicos entregados al capital.
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